Isaias

Escuchen, cielos! ¡Presta oído, tierra!
porque habla el Señor:
Yo crié hijos y los hice crecer,
pero ellos se rebelaron contra mí.

El buey conoce a su amo
y el asno, el pesebre de su dueño;
¡pero Israel no conoce,
mi pueblo no tiene entendimiento!

¿Dónde pueden ser golpeados todavía,
ustedes, que persisten en la rebelión?
Toda la cabeza está enferma
y todo el corazón dolorido;
de la planta de los pies a la cabeza,
no hay nada intacto:
¡heridas, contusiones, llagas vivas,
que no han sido curadas ni vendadas,
ni aliviadas con aceite!

¡Lávense, purifíquense,
aparten de mi vista
la maldad de sus acciones!
¡Cesen de hacer el mal,
aprendan a hacer el bien!
¡Busquen el derecho,
socorran al oprimido,
hagan justicia al huérfano,
defiendan a la viuda!

Vengan, y discutamos
–dice el Señor–:
Aunque sus pecados sean como la escarlata,
se volverán blancos como la nieve;
aunque sean rojos como la púrpura,
serán como la lana. (Is 1)

...
No es que no deseemos amar, por que no hay mayor deseo en el corazón del hombre,
no es que estemos corrompidos hasta la medula, por que la entrega y la relación de amistad es natural en el ser humano, tan natural como el cantar y el suspirar... es que el pecado detiene, atemoriza, destruye, encierra ¿como amar asi cuando el amor es entrega, confianza y fidelidad?...

Requerimos ser curados para ser aquello que somos, blanqueados para ser Santos (Amantes, amigos, hijos como Dios) como el Padre es Santo, por que somos hechos a Imagen de Jesucristo, El es nosotros, nosotros somos El, y hasta que no confiemos nuestra curación a nuestro Padre no podremos amar, no sabremos amar, no sabremos de hermanos, amigos, amistad, romanticismo, entrega, sacrificio, eternidad... eso que es lo que somos, eso que es mas nuestro que el respirar, por que yo soy mas de Dios que de mi mismo, y el amor es mas de mi que todo el pecado que haya existido...

LIBERATE DE TU CONDICION! y NIEGA TODO AQUELLO QUE IMPIDE A DIOS ENSEÑARTE A AMAR, CURANDONOS, PARA PODER PASAR LAS PRUEBAS QUE PONE A NUESTRA FIDELIDAD!, NEGARTE NO ES DESTRUIRTE, ES ENTREGARTE PARA ENCONTRARTE, POR QUE UNO NO ES, HASTA QUE NO MUERE POR DIOS, UNO NO VIVE HASTA QUE DIOS NO LO LEVANTA CON SUS BRAZOS DE PADRE DEL CAMPO DE BATALLA QUE ES ESTA VIDA...

Carlos Bartolomè Santos