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jueves, noviembre 24, 2005

Lo que pensaba Napoleon de Jesucristo...

He aquí un “genio” para comprender a los hombres; Napoleón Bonaparte (1769 -1821) llamado “El Gran Corso” y su opinión sobre Jesucristo escribe: “Conozco a los hombres, y puedo decirles que Jesucristo no es meramente un hombre.

Las mentes superficiales ven un parecido entre Cristo y los “fundadores de imperios” o los “dioses” de algunas religiones; este no es el caso puesto que tal parecido no existe. Entre el cristianismo y cualquier otra filosofía existe una distancia infinita.

Todo lo referente a Cristo me asombra, su espíritu me anonada, su voluntad me confunde; entre Él y cualquier otro personaje de la historia del mundo no hay un solo término posible de comparación. Ciertamente Alejandro, Cesar, Carlomagno y yo hemos fundado imperios pero... ¿sobre qué descansa las creaciones de nuestro genio?... sobre la fuerza; sin embargo Jesucristo fundó su imperio sobre el Amor y estoy seguro que aun en esta misma hora millones de personas (de todas clases sociales y edades; voluntaria y gustosamente) darían su vida hasta la muerte por Èl el día de hoy.

Solamente Cristo ha llegado a tener tal éxito... ante las barreras del tiempo y del espacio, a través del intervalo abismal de mil ochocientos años. Jesucristo solicita lo que la filosofía puede a menudo buscar en vano: el corazón del hombre; e incondicionalmente su demanda es satisfecha sin tardanza. Todo aquel que cree sinceramente en Él, experimenta ese Amor “sobrenatural” hacia Él; este fenómeno es indescriptible pues esta más allá de la comprensión del hombre. El tiempo, que es el gran destructor, no puede (no ha podido, ni podrá) agotar su fuerza ni tampoco poner un limite a su alcance.

La naturaleza de la existencia de Cristo es misteriosa, debo admitirlo, pero este misterio satisface las necesidades más intimas del hombre, por lo tanto si se le rechaza, el mundo es un enigma inexplicable; mas si se le cree, la historia de la raza humana en el mundo es explicada satisfactoriamente.

Él ciertamente es “Un Ser Único”, sus ideas y sentimientos; la verdad que anuncia y su manera de convencer no pueden ser explicadas por alguna organización humana, ni por la naturaleza de las cosas; su mensaje es la revelación de una inteligencia que ciertamente no es la de un hombre mortal, y en ninguna otra parte puede uno hallar ( excepto en Él ) tal ejemplo de vida. Escudriño en vano en la historia para hallar alguien parecido a Jesucristo o algo que se pueda aproximar al evangelio, pero ni la historia, ni la humanidad, ni las edades, ni la naturaleza me ofrecen algo con lo cual yo pueda compararlo o explicarlo. ¡Aquí todo es extraordinario!”...

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